La fotografía siempre ha sido parte esencial de mi vida. Desde mi adolescencia, pedaleaba junto a mi padre rumbo al faro de Miraflores durante los veranos para capturar con cámaras analógicas la magia del atardecer. La anticipación del revelado de las fotos nos llenaba de mucha emoción.
Mi camino me llevó a estudiar Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima y a desarrollar una carrera de más de 15 años en marketing especialmente en banca. Sin embargo, la fotografía volvió a cruzarse en mi camino de manera trascendental cuando una amiga confió en mí para fotografiar su marca. Esta experiencia marcó un punto de inflexión, despertando una gratificación única al interactuar con niños y familias y plasmar emociones en imágenes.
Este giro me motivó a perfeccionarme. Participé en talleres locales y posteriormente me formé en el New York Institute of Photography.
Ahora, en mi estudio, inmortalizo la esencia de la infancia y las conexiones familiares, al tiempo que colaboro con marcas para realzar la belleza de sus productos.
La fotografía ha trascendido ser una pasión: es mi medio para narrar visualmente, capturando momentos y emociones en cada click.